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Descubre nuestros mejores tips para cuidadores de incontinencia

Abuelo y nieto podando un bonzai

La incontinencia urinaria es la pérdida de orina de manera involuntaria. El principal problema es que causa malestar a la persona, ya que ocurre en momentos y lugares inadecuados.

Es una afección bastante común en personas mayores de 75 años, aunque también les ocurre a gente más joven. Al igual que suele ser más común en mujeres pero también lo padecen hombres.

Es habitual el sentimiento de culpa y vergüenza que sienten las personas con incontinencia, al sentir que es algo que no pueden controlar y les causa incomodidad. Sobre todo, ocurre cuando no tienen ningún problema cognitivo y son totalmente conscientes de lo que les ocurre.

Cuidar de personas mayores no es una tarea sencilla, pero cuando además sufren incontinencia puede complicarse ya que suponen más cuidados que generan en ocasiones estrés y nerviosismo. Veamos algunos consejos para que cuidar de personas con incontinencia sea más llevadero tanto para quiénes lo padecen como para los cuidadores, y poder evitar la vergüenza y la frustración por la situación

Tenemos que tener en cuenta que hay diferentes grados y tipos de incontinencia. Lo primero que se debe hacer es consultar el estado con su médico. Además debemos de tener en cuenta que no es lo mismo las personas que tienen movilidad de quiénes no la tienen o la tienen de forma reducida. Las necesidades por tanto serán diferentes en cada caso.

Hay una serie de pautas que se recomiendan para los usuarios con incontinencia para intentar evitar y controlar las pérdidas, y para sus cuidadores para hacerles a ambos la situación más fácil y llevadera.

Mujer adulta siendo atendida para levantarse del sillón

Recomendaciones:

  • Anotar las veces que se va al baño. Es importante saber la frecuencia de orinar y cuándo ocurren para llevar más cuidado en dichos momentos. De esta manera por ejemplo, después de las comidas o de tomar algún líquido se recomendará a la persona acudir al baño seguidamente.
  • Entrenar la vejiga. Si si, se puede entrenar el esfínter y reeducar. Propón a la persona que acuda al baño cada 2-3 horas, aunque no tenga ganas. Y que lo haga sin prisas, que se tome su tiempo. Así la vejiga se acostumbrará para no llenarse del todo y vaciarse más a menudo.
  • Evitar tomar líquidos justo antes de acostarse. Y también añadiríamos que hay que ir al baño justo antes de acostarse. Así la persona se acostará con la vejiga vacía evitando posibles pérdidas.
  • Uso de ropa cómoda y fácil de quitar a la hora de ir al baño. De esta manera se les facilita y acorta el tiempo que necesitan para miccionar y puede evitar las pérdidas que ocurren justo cuando llegan al baño y no les da tiempo. En estos casos, también es primordial que el acceso al baño esté libre de obstáculos, y que se puede acceder al wc de la manera más rápida y cómoda.
  • Uso de compresas y/o pañales. Es una tema que suele incomodar y causar bastante vergüenza, para ello es imprescindible hacerles entender que es algo normal y necesario. Les hará sentirse mucho mejor.
  • Presta atención a la higiene. Mantener la zona limpia con agua y jabón es muy importante para evitar futuras infecciones. Este punto lo resaltamos para usuarios de pañales. El cambio de pañales y la limpieza de la zona se debe realizar cada pocas horas para mantener la zona limpia y seca. También recomendamos el uso de cremas de barrera, como Qderm, que no solo hidratan la zona, sino que también calma el picor y la protegen.
  • Realizar alguna actividad física en la medida que el usuario pueda. Está demostrado que en casos leves, el fortalecimiento de los músculos ayuda a reducir las pérdidas de orina.
  • Fuera culpas y vergüenza. Se debe hablar con total normalidad y confianza sobre el tema. Es importante que tanto quién padece la incontinencia como el cuidador conozcan el estado y las necesidades del usuario para así poder ayudar en la medida de lo posible. Quién padece incontinencia urinaria no es culpable de nada, y no debe sentirse mal por ello. Hay que ayudarle a tomar medidas como las anteriores para mejorar su calidad de vida.
  • Deja a un lado el estrés. Está vez, sobre todo, es una recomendación para el cuidador. Sabemos que cuidar de alguien no es tarea fácil, pero si se genera estrés y nerviosismo, no solamente te causará malestar a ti sino también al paciente. Trabaja tu paciencia y ponte en el lugar de la otra persona.
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